30 de enero de 2009

En la vejez, me senté junto al mar.

Me senté en la margen de ese mar,
abrí esa cajita secreta,
prácticamente la caja de Pandora

En años no había podido abrirla
pues mi nuevo amor
y ahora viejo amor
la resguardaba

Me senté a ver realmente,
a recordar años de amor,
de amor sin condiciones,
de amor sin responsabilidades,
quizás amor, quizás pasión.

A los años se los llevó el viento,
a mi edad se la llevaron los años,
El pelaje gris brillaba a distancia
y las arrugas salían orgullosas

El tiemble de mis manos
me recordaba que ya había vivido
y a cada tos suturaba la edad.
Mis años ya estaban cumplidos.

Por eso esa tarde me senté allí,
estaba segura que todo iria acabar.

Los años los vive uno,
pero los recuerdos se reviven.

Amores van, memorias quedan.
Peleas van, rencores quedan,
los años van, las huellas quedan,
alguien nace, alguien muere.

Al ciclo de la vida,
por fin había comprendido,
y con mi vestido blanco
sabía que ya lo iba a terminar.

Fue un amor de juventud,
un amor de verano,
un amor casi tan prohibido como tan platónico.

Abrí la caja de secretos,
de recuerdos, de dolor, y de alegrías.
No había nada más que solo amor.

Fue en mi época de ilusa,
no sé si ilusa, o tal vez ceguera,
o tal vez simplemente fue la edad,
o la inmadurez y la impulsión.

"Te amaré, hoy, mañana y siempre"
Era su firma.
Esa letra lujuriosa, que me recordaban los boleros,
las noches de escape, y de bailes
al ritmo del Bésame mucho.

Así es, le susurré al oído
"Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la última vez"

Y así fue, la última vez, el último beso.
Buenos recuerdos, malos dolores.

Mi prometido terminó matando al
que sería el amor de mi vida.
Todo porque eramos mujeres del comercio,
nos comerciaban, nos casaban,
"Él te puede dar la vida que otro no,
no seas tonta niña ingrata" decían
Y así fue.

Había que aniquilar a la "competencia"-decía él.
Y así lo fue.
La aniquiló del cuerpo, pero no del alma.

Mi amor platónico se resumió
a estas cartas, a mis memorias,
a mis sueños, a mis pensamientos
y a extrañarlo.

Por eso hoy, a mis ochenta y siente años,
me siento a orillas de este mar,
recuerdo por última vez,
releo las cartas, pero esta vez no lloro.

Cuento los años sin vernos,
cuento los días y hasta las horas.
Cierro la caja y que el mar se lo lleve.
Que se lleve recuerdos, que se lleve memorias
las que tejí y disfruté durante años.

Abro los ojos, trato de ver el sol,
Abro los brazos y agradezco.
A unos pasos más...
y dormiré en aguas del mar de la vida eterna.

Arena mojada, el frío del amanecer,
pero nada me detiene,
una vez fueron mis padres,
esta vez seré yo la que escoja mi destino
y ese destino es verte ya.....

ya...

y ya...

y ya.

"Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche
la primera vez"- entonces, le susurré.

Prometeo

26 de enero de 2009

En estos meses... aprendí


Aprendí...

Que en la vida todo tiene su tiempo
Que las fiestas pasan, los recuerdos quedan
Que la distancia te separa de algunos,
pero te acerca a los verdaderos amigos.
Que si "ries, reirás con todos, pero llora y llorarás solo",
Que una mirada dice más que mil palabras,
Que todo en la vida tiene su lado positivo,
Que un beso puede condenarte a la perdición,
Que a veces una mascota puede ser tu único consuelo,
Que una mentira sólo enreda más las cosas,
Que la verdad duele, pero rescata,
Que ante los adultos sólo somos jóvenes,
y para los jóvenes sólo son anticuados.
Que el amor de padres es el único incondicional,
Que un hombre puede realizar tu vida,
pero también puede acabarla.
Que "en cuanto más oscura esté la noche, más cercano está el amanecer"
Aprendí...
Que "el camino más fácil no es siempre mejor que el dolor"
Que en la vida hay oportunidades únicas,
las tomas o las dejas.
Que cuando te dicen que comas bien,
come bien.
Que la universidad la hace el alumno,
Que hay que aprovechar cuando se es niño, pues es verdad lo que dicen,
"cuando creces tienes responsabilidades"
Que hay que amar y cuidar a la familia,
pues en un gran problema es la de mayor probabilidad para irte a escuchar.
Que "Dios aprieta pero no ahorca"
Que hay gente MUY hipócrita, MEDIO hípócrita, o POCO hipócrita,
pero todos terminan siendo hipócritas.
Que puedes bailar con mucha o nada de música,
y al fin bailar.
Que no debes de correr antes de siquiera saber caminar
Que uno es ciego porque quiere y nunca por falta de aviso,
Que los mayores no siempre tienen la razón,
pero siempre es bueno escucharlos.
Que existe el gran amor,
pero se confunde con pasiones
Que el amor verdadero es más profundo,
que un breve estado de locura
Que a veces se debe escuchar al corazón,
pero éste no siempre tiene la razón,
Que a veces también debemos de seguir nuestra mente,
Que en la vida se está arriba,
pero a veces se está abajo.
Que se debe de ayudar a los necesitados,
no por bienestar emocional, sino por solidaridad
Que a veces nos tenemos que amar, para que otros lo puedan hacer
Que amar no es ser esclava, es ser libre y aún así amar
Que el bienestar emocional no es un privilegio,
sino un derecho
Que "no hay mal que dure cien años, ni tonto que lo aguante"
Que hay amigos para todo,
pero sólo algunos son hermanos
Que la vida da lecciones que sólo algunos sabemos aprender.
Que tu hermano es tu pasado, tu presente y tu futuro.
Y entonces aprendí...
que hay que amar, perdonar, y olvidar
pues uno nunca sabe,
algún día todo irá acabar.



Prometeo

25 de enero de 2009

Prisionera de Sueños.

Acostada en la oscuridad,
con un búho nocturno junto a mi cama,
preocupada sobre el presente
y en el desespero de una luz encontrar.

Antes de dormir todavía lloraba,
pero fue en mi dolor cuando caí en sueño.
Vivi una fantasía encubierta,
una mentira hecha verdad.

En un mundo de sombras
me pude esconder.

Ante sus ojos era puro egoísmo,
quizás sólo una peste juvenil.

Fuese noche o día seguía en mi paraíso,
un edén tejido de mentiras,
un edén casi asfixiante.

Pero trataba de mis ojos abrir
No sé si los cerraban,
los cubrían o quizás era ciega.

Sólo sé que un día quise observar.
Y aunque en un mundo de sombras
podía yo estar,
esa misma oscuridad
no me dejaba levantar.

Fuese falta de aire
o desesperación,
gritaba a los vientos
ahogada y sin voz.

Las cuatro paredes no podían hablar,
mi silencio sabían ocultar.

Fue cuando aquél túnel se iluminó
"Sigue la luz" escuché que decían
y de mi pesadilla pude despertar.

Entonces me levanté,
prendí la cafetera,
agarré mis papeles
y al trabajo me encaminé.

Prometeo