abrí esa cajita secreta,
prácticamente la caja de Pandora
En años no había podido abrirla
pues mi nuevo amor
y ahora viejo amor
la resguardaba
Me senté a ver realmente,
a recordar años de amor,
de amor sin condiciones,
de amor sin responsabilidades,
quizás amor, quizás pasión.
A los años se los llevó el viento,
a mi edad se la llevaron los años,
El pelaje gris brillaba a distancia
y las arrugas salían orgullosas
El tiemble de mis manos
me recordaba que ya había vivido
y a cada tos suturaba la edad.
Mis años ya estaban cumplidos.
Por eso esa tarde me senté allí,
estaba segura que todo iria acabar.
Los años los vive uno,
pero los recuerdos se reviven.
Amores van, memorias quedan.
Peleas van, rencores quedan,
los años van, las huellas quedan,
alguien nace, alguien muere.
Al ciclo de la vida,
por fin había comprendido,
y con mi vestido blanco
sabía que ya lo iba a terminar.
Fue un amor de juventud,
un amor de verano,
un amor casi tan prohibido como tan platónico.
Abrí la caja de secretos,
de recuerdos, de dolor, y de alegrías.
No había nada más que solo amor.
Fue en mi época de ilusa,
no sé si ilusa, o tal vez ceguera,
o tal vez simplemente fue la edad,
o la inmadurez y la impulsión.
"Te amaré, hoy, mañana y siempre"
Era su firma.
Esa letra lujuriosa, que me recordaban los boleros,
las noches de escape, y de bailes
al ritmo del Bésame mucho.
Así es, le susurré al oído
"Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta noche la última vez"
Y así fue, la última vez, el último beso.
Buenos recuerdos, malos dolores.
Mi prometido terminó matando al
que sería el amor de mi vida.
Todo porque eramos mujeres del comercio,
nos comerciaban, nos casaban,
"Él te puede dar la vida que otro no,
no seas tonta niña ingrata" decían
Y así fue.
Había que aniquilar a la "competencia"-decía él.
Y así lo fue.
La aniquiló del cuerpo, pero no del alma.
Mi amor platónico se resumió
a estas cartas, a mis memorias,
a mis sueños, a mis pensamientos
y a extrañarlo.
Por eso hoy, a mis ochenta y siente años,
me siento a orillas de este mar,
recuerdo por última vez,
releo las cartas, pero esta vez no lloro.
Cuento los años sin vernos,
cuento los días y hasta las horas.
Cierro la caja y que el mar se lo lleve.
Que se lleve recuerdos, que se lleve memorias
las que tejí y disfruté durante años.
Abro los ojos, trato de ver el sol,
Abro los brazos y agradezco.
A unos pasos más...
y dormiré en aguas del mar de la vida eterna.
Arena mojada, el frío del amanecer,
pero nada me detiene,
una vez fueron mis padres,
esta vez seré yo la que escoja mi destino
y ese destino es verte ya.....
ya...
y ya...
y ya.
"Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche
la primera vez"- entonces, le susurré.
Prometeo