27 de abril de 2009

Una amistad en tiempo pasado, presente y futuro


Es un estado donde me veo incapaz de explicar. Nada de lo que haga o diga podrá explicar lo que se esconde. He descubierto lo que hay más allá de lo que puedo ver. Siempre he predicado el máximo aprovechamiento de la vida, la observación de la belleza en el más mínimo defecto o en la mayor virtud. Verdaderamente nada en sí significa una libertad por completo, siempre encadenada a palabras, a hechos y acciones. Causa y efecto. Nada que te deje pensar sin pensar.
He tratado una infinidad de veces de dejar la mente en blanco, pero sin mérito o premio he descubierto que sólo le he quitado la esencia a mi juventud. Me pregunto sobre qué hablaré 10 años después. Confieso que temo a lo que vaya a decir o a lo que vaya a hacer. Si recuerdo los 10 años pasados no puedo saber lo que pasará en los 10 años que vienen. Ni la esencia ni la energía. He cometido errores que me condenaron, what ever happends is for the best. Trataré de tenerlo en mente. No es que pueda decir muchas cosas más allá de eso. También he recorrido caminos que agradezco por haberlo hecho, algunos duros, otros suaves. No hay quejas, pues ante cada uno tomé una decisión. ¿Acaso no es eso lo que me tiene que orgullecer? Muchos son incapaces de escoger entre el blanco y el negro, entre el día y la noche. Una virtud, definitivamente. Jamás definí la bondad o la maldad. Lo correcto o incorrecto. ¿A quién le importa verdaderamente? Nah, no se define por su contexto, se define por su contenido.
A veces trato de escuchar las olas del mar romperse, a veces quiero escuchar lo que me dice el viento. Serán gritos o canciones. Depende del día. Depende del humor. Si observas cuidadosamente todo tiene su significado. Cada palabra está compuesta por una letra. Watch closely enough to let the whispers shine. En verdad no te puedo describir la cantidad de veces en las que quise estar allá o quise regresar acá. No todos tenemos la capacidad de entender nuestro presente. Nuestras razones existenciales. Dudas, inseguridades, todo se supera y a medida que pasa el tiempo uno se da cuenta que lo que dejó atrás fue pura tierra labrada jamás suelo infértil. Claro que en su momento uno piensa que vendrá la sequía, que moriremos en cuanto llegue el otoño. No fue así ¿o sí?
Entiendo que a veces queramos regresar al pasado, instalarnos a vivir en él. A fin de cuentas el presente nunca es igual a lo que ha sido. Resta tirar las fotografías viejas o guardarlas en el baúl para ciertas ocasiones. Aquellas en las que es bueno recordar. No para llorar porque el presente dejó de ser aquello para transformarse en lo que es hoy, sino para hacer memoria y entender el porqué de que hoy estemos donde estemos y no en lo que quisimos o podemos ser. Sólo resta vivir una metamorfosis. Florecer en el lodo como flor de loto o nascer en invierno como madreselva. Todo depende de lo que quieras ser y en lo que te quieres convertir. Podemos ser tulipanes. No importan los violines o pianos. Se puede volar hacía el día siguiente, aunque no entiendo lo que puede llegar a ser. Tal vez sea diferente a ayer o mejor que mañana.
Vamos, por hoy, sentémonos bajo aquel árbol y vamos a discutir hechos sin recordar pasado, sin preguntar razones, sin pensar en mañana. Solos tú y yo, como en los viejos tiempos. No porque quiera hacer del pasado mi presente y sí porque quiero que mi presente vuelva a ser pasado. Ten, te enciendo el cigarro y tú pásame la guampa. Hay que filosofar, porqué ésta es mi amistad. Mi amor dado por ti y para ti. Thanks for being the love of my life.

20 de abril de 2009

Vino añejo






Todo empieza cuando quieres cambiar algo. Percibes que nada nunca sale como esperado. Prefiero no imaginar, aunque a veces los sueños me venzan. Van y vienen. Caminan, corren o gatean. La tele ya está apagada, me aburrí de malas noticias. Música iluminando la habitación y unas cuantas velas. Las suficientes para crear un nuevo cuadro. Nada de reglas. Nada palpable. Lo abstracto es empírico.

Cuando entres, quítate los zapatos, deja la razón afuera. Viniste a sentir, no es así? Mi café se enfrió con la espera. Tíralo. Desházte de todo lo inservible. Todo lo que ocupe un espacio innecesario. Que tal si vemos el sol? Talvez por hoy la luna. Alguna estrella fugaz nos dará un nuevo deseo.

La leche que derramamos en febrero no dejó huellas. Nada inmaduro lo hará. Hay frutas en el frutero. Esperanzas mundo afuera. Las cortinas dominadas por vientos del sur. Los prefiero, son más fríos. Despiertan a la realidad. Esta vez es buena, las fantasías han quedado atrás. No es necesario ya crear nuevos mundos a donde escapar. Los primeros copos de nieve saludan en la ventana. Este invierno será una primavera.

Le bajo a la música. Quien sabe y ahora podamos bailar sin ella. Sin etiquetas, correcto? Dejemos los catálogos para aquellos incapaces de ver. Puntos innertes, muñecos de la multitud. Algunos tambores mudos que crien nuestro ritmo. Una canción tuya y mía. Pinturas y líricas creando una habitación.

Quieres galletas para alimentar tu alma? Flores para aromatizarla? Agradezco a tu existencia, a mi perseverancia, a nuestra paciencia. Algunas palabras andan y anduvieron escribiendo el prólogo. Cuando empezamos el libro? No lo sé. Estoy en la duda, quizás fue cuando entramos juntos a este departamento. O cuando te besé por primera vez, cuando pronuncias esas palabras (5letras) o quizás aquél día donde llegaste por trás mientras te buscaba. Te digo la verdad? Siento que cada letra, que cada signo de puntuación fue tallado esa tarde cuando me senté frente al pc y tecleé. Bendita sea la tecnología. Las veces que se lo he agradecido a la humanidad han sido interminables. Lo seguirán siendo.

Por hoy quiero abrir las ventanas. Quiero sentir las infinitas brisas invadiendo el cuarto. Quiero tráfico, gritos y bocinas. Quiero una ciudad rodeada de montañas, acariciada por el mar y palpada por tu indiferencia. Nada es para siempre pero quizás sí sin fin. A estas alturas ya ni mi revoloteo me libertará. Es muy tarde para terminar y muy temprano para comenzar.

Dejé las llaves en el mueble junto a la mesa. Uno nunca sabe cuando el otro se querrá marchar. Puedes irte, pero cierra la puerta al hacerlo. No quiero que otra brisa vaya a querer entrar y el aroma que dejaste en la habitación vaya a querer robar.

Sólo dejaré que la brisa del mar vuelva a entrar. Quizás traiga recuerdos, malos o buenos. Para entonces no creo que importe. Cuál es la diferencia ante la monotonía? Seguiré vistiéndome formal, sé que volverás y me llamarás a bailar. Esta vez con música. Al ritmo de Van Morrison. Pintaremos entonces las paredes de un nuevo color. Sólo házme un favor. Limitémosnos a DOS habitaciones. La nuestra y la de nuestras pasiones. Amantes conscientes. Sin tercer cuarto. Tabú hasta previo aviso. Hasta que la vida quiera darnos frutos o un alma compuesto.

Voy a prepararme un café, tengo a mis pinturas esperando y una columna por entregar. Quien sabe y otro día las brisas provengan de las plantaciones de vid. Quizás las cosechas sean para otros años. Los mejores vinos son los añejados. Reposados por años hasta que alguien abre la botella.

Prometeo

14 de abril de 2009

Paso a Paso


No hay mal que por bien no venga. Aquella piedra enorme me ayudaron a empujar. La saqué de la carretera. Puedo ver ya el horizonte. La dejé a un lado para no olvidar dónde estuvo, por qué estuvo y cómo estuvo. Claro que quedó su rastro tatuado en el asfalto. Pero ningún rastro que el viento luego no lleve consigo.
Han aparecido algunas piedritas. Éstas no las guardé, tampoco lo haré con las que futuramente aparecerán. Se ha ido la paciencia. Las he removido desde que les clavé la vista. Son ellas las que forman baches a mi carretera en construcción.
Ahora el viento me acompaña. De hecho, es él quién me carga desde los últimos meses. A veces bailamos juntos. Ya con el sol es diferente. No niego que ante él a veces me quise sentar en el asfalto. Pero eso fue mientras yo pensaba que él quería quemarme y no broncearme. Darme belleza.
Algunas veces se nubla, otras sale el sol. En pocas llovió, pero lo hizo. Siempre es bueno humedecer el camino. Siempre y cuando crezcan frutos de las semillas tiradas, abandonadas, despreciadas o tiernamente plantadas.
El horizonte me da esperanza. Meta infinita que en mis ojos no paran a descansar. Algún día con un dedo lo tocaré y con los brazos envolveré. Cada kilómetro es un logro alcanzado, donde cada centímetro fue pacientemente recorrido.
Ahora no miro atrás, pero cada paisaje fue un momento perfecto, un aprendizaje. Un regalo de sabiduría. Me paro entonces a sentir las brisas, los aromas, de frente a lo que he de andar y de espaldas a lo ya andado. Así, los nuevos pedazos de tierra, aquellos a recorrer son inciertos, me llenan de ansia, pero todo me calma con tan sólo pensar que al llegar al final de mi carretera miraré atrás orgullosamente y sabré que todo valió la pena.
Carpe Diem & Carpe Noctem
Prometeo