26 de noviembre de 2009

Es difícil.

Resulta que los fetos han sido olvidados,
fantasmas regresaron a mi ventana
y mientras tanto golpes a la puerta
confunden mi mente
entre sentimientos y algo de razón.

Incluso los anhelos son confusos,
entre veranos e inviernos
me veo perdida.

Diferentes árboles de un mismo bosque,
me hacen imaginar, a veces desear.

He dejado la cama tendida,
una rosa solitaria encima esperando.
Mientras tus ríos recorren muslos
de piernas frías y un tanto anónimas.

Tengo canoas aguardando
por si quiero escapar,
bajo un mar lleno de estrellas
solamente la costa quiero mirar.

Esta vez la voz está distorcionada,
o quizás sea la interferencia.
Pero no escucho claro porque no pueda,
o quizás porque no quiera.

Desde mi ventana oscura
me asomo a ver los carros pasar,
mientras más buitres vuelan
y gaviotas revelan.

La luna no canta por hoy,
quizás se pasó a un burdel
desde donde de mí se ha de burlar.

Con los pétalos de rosa yo me veo dibujando,
procurando ignorar la caída del reloj.
Pienso en la cantidad de animales que soy
y en los que me quiero convertir.

Premeditar nunca ha sido mi fuerte,
viviendo en mi ID siempre he de pecar.
Es así que no sé hacia que luz de la ciudad
realmente debo volar.

Quizás deba perderme en las olas
y golpear las rocas de mi pensamiento.
Diseñar aromas corporales,
labios que pasen de invisibles a transparentes
y una mirada que no sea de pura imaginación.

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